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© marieclaire.co.za - twitter.com/eatingwithgods | 16/04/2019 |

Alek Wek, de refugiada a icono de la moda y activista por los derechos humanos

16/04/2019

Tal día como hoy, 16 de abril, de 1977, nacía en un pequeño poblado de Sudán Alek Wek. Aunque su familia, perteneciente a la tribu Dinka del sur del país, no gozaba de grandes comodidades económicas, los primeros años de su infancia los recuerda felices.

 

Sin embargo, pronto su infancia se trunca cuando ella y su familia se ven obligados a abandonar su poblado y, finalmente, el país debido a la crueldad de la Segunda Guerra Civil que estaba asolando Sudán.  Su familia tuvo que huir primero al bosque, luego a la capital, Jartum, y de ahí a Gran Bretaña. Con 14 años llegó a Londres, donde tras la muerte de su padre por enfermedad había ido ya previamente su hermana mayor. Ahora llegaban ella y su hermana pequeña, tras serles concedido el asilo político como refugiada de guerra. No sería hasta 2 años más tarde que se reencontrarían con su madre, que las había enviado primero, mientras otros miembros de la familia fueron a otros países.

 

Pronto demostró una gran proactividad y afán por aprender y formarse, especialmente en el mundo de la moda, que captó su interés y llegó a ingresar en una prestigiosa escuela de Diseño para estudiar negocios de moda. Pero sería en 1995 cuando su vida cambió por completo. Fue descubierta, en un mercado londinense, por una agente que enseguida vio en esta belleza negra de 1,80m el gran potencial de una mujer que pronto se convirtió en un icono mundial desafiando los cánones establecidos en los años 90.

 

Compromiso como activista por los derechos de los refugiados
A partir de ahí, todo fue en ascensión para Alek. Firmó un contrato con una importante agencia de modelos, participó en el videoclip de Tina Turner Golden Eye, desfiló en las pasarelas de medio mundo para las firmas más prestigiosas, ha participado en campañas de grandes marcas y ha recibido premios y distinciones como el de Mejor modelo del año por la revista i-D.


Incluso a principios de los años 2000 publicó una autobiografía titulada Alek: de refugiada sudanesa a supermodelo, donde reflejaba sus vivencias y reflexionaba sobre el racismo todavía imperante en el mundo de la moda.


Sin embargo, Alek Wek no ha limitado su transcendencia a este ámbito. Si no que, marcada por los duros años de su infancia como refugiadas de guerra, ha querido utilizar su voz para contar la historia de tantas personas que, como ella, han tenido que abandonar sus hogares huyendo de la guerra. Wek se ha convertido desde comienzos del s.XXI en una destacada activista en favor de los derechos de los refugiados trabajando como parte del Comité Americano de Apoyo a Refugiados o con organizaciones como Médicos Sin Fronteras o la ONU. En 2013 fue designada Embajadora de Buena Voluntad en ACNUR.


Su trabajo en este campo ha sido realizado desde la más absoluta discreción y con un increíble compromiso con la mejora de las condiciones de vida tanto en Sudán como de las personas refugiadas que llegan a Europa. Su labor humanitaria ha sido reconocida por diversos gobiernos y entidades.

 

En la actualidad sigue compaginando ambas facetas. Todavía es una de las modelos más reconocidas a nivel mundial (participó recientemente en una campaña de la marca Desigual) pero, sobre todo, sigue comprometida con la importante labor humanitaria que realiza. Todo un ejemplo de superación y solidaridad, que lucha en especial por la necesidad del acceso universal a la educación.

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