Urania Mella Serrano nacía en Vigo el 15 de noviembre de 1899, en el seno de una familia profundamente anarquista. Hija de Ricardo Mella Cea -uno de los pensadores libertarios más destacados de su tiempo- y de Esperanza Serrano Rivera -quien también tenía raíces anarquistas-, Urania recibió, desde la cuna, una educación de carácter progresista, a la que sumó estudios de piano y de Bellas Artes en la Escuela de Artes y Oficios de Vigo.

Su personalidad comprometida y rebelde se manifestó desde muy joven cuando, entre otras actividades, comenzó a enseñar, en el barrio de Lavadores, lectura y escritura a mujeres sin posibilidades de acceder a educación básica. Ya en los años 30, Urania se erigió cómo la presidenta de la Unión de Mujeres Antifascistas de Vigo, facción de la organización de inspiración comunista impulsada a nivel estatal por Dolores Ibárruri, a imagen de la Unión de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo creada por la Internacional Comunista tras el triunfo de Hitler en Alemania.

En 1923, Urania casó con Humberto Solleiro Rivera, trabajador de Tranvías Eléctricos de Vigo (empresa de la que Ricardo Mella era director) y miembro del Consejo Sindical Ferroviario de la UGT en esta ciudad. El matrimonio tuvo cuatro criaturas entre 1924 y 1931: Humberto, Raúl, Alicia y Concepción, según el orden de nacimiento.

Tras el golpe de Estado de 1936, la resistencia contra los sublevados se concentró en los barrios más humildes de Vigo y, especialmente, en la parroquia de Lavadores. Allí, según varias fuentes (incluida la causa militar abierta contra Mella y Solleiro) Humberto y, sobre todo, Urania, participarían activamente en la defensa de la ciudad desde la barricada de O Calvario. Finalizados los enfrentamientos con la victoria de los sublevados, la represión cayó sobre ellos: ambos fueron condenados a pena de muerte por el delito de rebelión. Según se recoge en la causa militar por la que se dictaba esta sentencia, Urania Mella era en Vigo “la mujer que con más exaltación propagó las doctrinas Comunistas en los últimos tiempos del Frente Popular”, mientras se señalaba que Humberto Solleiro, “se dejó influir por su mujer Urania Mella la que desobedecía (...)”. Más allá de la realidad o invención de tales consideraciones, resultan cuanto menos impactantes estos argumentos procedentes de un régimen que consideraba que las mujeres no eran sujetos que pudieran pensar y actuar políticamente por sí mismos.

El 30 de octubre de 1936, Humberto Solleiro fue ejecutado sumariamente, mientras que a Urania Mella le conmutarían su pena por la de treinta años de prisión. Viuda y dejando en Vigo a las criaturas, Urania sería trasladada a la penitenciaría de Santurrarán (en Gipuzkoa), un infierno en el que pasaría más de nueve años.

En el documental “Prohibido recordar. Cárcel de Saturrarán” sus hijas, Alicia y Concha Solleiro Mella recordaban el odio que su familia paterna -cercana al pensamiento del régimen y con quien se quedaron tras el encarcelamiento de Urania- les inculcó por su madre, a quién consideraban culpable de la muerte de su padre: "Me habían hecho esa faena: inculcarme que no la quisiera. Cosa que se equivocaron, porque la he querido muchísimo más adelante, aunque ya no se lo pude decir”, comenta Alicia.

En la convicción de que su madre las había abandonado, cuando esta regresó en 1943, tras serle concedida la libertad condicional, ambas niñas renegaron de ella. Urania Mella se fue a vivir a Lugo junto a su segundo hijo, Raúl, que, mayor que las niñas, conservaba buen recuerdo de su madre y no se había dejado influenciar por las habladurías.

En 1945 y sin tiempo de recuperar algo de la vida perdida entre rejas, Urania Mella fallecía, con 45 años y tan sólo un mes después de recuperar totalmente su libertad, a causa de un tumor cerebral que no le habían tratado durante su presidio.

Luchadora incansable contra el fascismo y el franquismo, la figura de Urania sería recuperada muchos años más tarde, también por sus hijos e hijas. Alicia Solleiro Mella recogía, en su poema “A mi madre”, estas hermosas palabras: